martes, 12 de octubre de 2021

EMILIO COCO

 

  

 

Grises las sienes, cana la cabeza.

Poco tiempo te queda, mas no temes

al Tártaro infeliz, pues todavía

el amor te seduce con sus juegos.

 

Estas cosas cantabas hasta ayer

y brindando por Venus te encendías

al leer esos versos de Mimnermo

en torno a la vejez, donde se lee:

¿Cómo puede la vida sin amor

ser venturosa? Efímero es el fruto

de nuestra juventud. Sólo un instante

y ya queda la muerte para siempre.

 

Yaces en una cama condenado

por un mal incurable. Intensa niebla

te envuelve la memoria y la mirada.

Te llevé los “Quaderni della Valle”

con poemas de Safo y Anacreonte

y con voz apagada me dijiste:

No los conozco. Nunca los he visto.

 

 

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