La
palabra
Maravilla
de lejanía o sueño
traje
al linde de mi tierra
y
esperé a que la gris Norna
el
nombre en su fuente hallara –
Ahí
supe tomarla densa y poderosa
ahora
florece y brilla por toda la región…
Una
vez llegué tras próspero viaje
con
delicada y fina joya
Miróme
largamente y me anunció:
“Nada
reposa aquí sobre el profundo fondo”
Entonces
de mi mano escapó
y
jamás mi tierra el tesoro recobró…
Así
aprendí triste la renuncia:
nada
sea donde la palabra falte.
Versión
de José Manuel Recillas
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