sábado, 30 de octubre de 2021

EMILIO COCO

 

  

 

Y tus libros ¿qué harán en el estudio?

Así es como llamabas al garaje

de unos sesenta metros que compraste

para hospedarlos todos a la vista

en brillantes estantes alineados

en las paredes hasta el cielorraso.

Sentado tras la mesa, con cuidado

los ibas anotando en un cuaderno

con tu bonita y nítida grafía,

tardaré mucho tiempo, tengo tantos,

nunca los he contado. ¿Veinte mil?

Creo que aún más. Si vienes a ayudarme

dentro de un mes los ficharemos todos.

¿Advertirá la falta alguno de ellos

de una caricia leve por su lomo?

¿Te llorarán los clásicos latinos,

tu querido Catulo, sobre todo?

Lo habías puesto en la última repisa,

enfrente de la mesa. Te bastaba

levantar la cabeza, asegurarte

de su presencia tranquilizadora.

Os contemplabais con los ojos lánguidos

de dos enamorados incurables.

 

 

 

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