La
caza de Snark
Niña
que lleva un traje infantil, como deben las niñas,
ciñéndole con pantalones de seguros
anhelante de empuñar el azadón;
queriendo descansar en rodilla amiga
se dispone a contar
el cuento que prefiere decir.
Almas
duras de la riña que hay afuera
no encuentran su puro y simple salto.
Piensa, si escuchas, ¡cuánto tiempo de desperdicio
en la vida!, ¡esas horas desiertas de gozo!
Charlemos,
dulce nena, y se rescaten del tedio
corazones que se entretienen en la más inteligente plática.
¡Ah, feliz, quien tiene la alegría más lánguida!.
¡el sincero amor de una nena!
Nota:
Lewis Carrol, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson
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