Batalla
de Teruel, Invierno 1937-1938
Yo
podría escribir sobre los libros de mi padre.
Nunca había polvo en ellos. Los tomaba entre sus manos
como si fuera la última vez. Parecían acolchados,
esperando su momento, deslizados uno por uno
hasta que formaban un muro raso – un solo libro todos ellos.
Se
desprendían en dorados, en rojos secretos
como a fumar un cigarrillo temprano por la mañana
antes de que la neblina se despejase por completo
hacia la crueldad. Podía tocar los títulos
y se volvían importantes.
En
su propia oscuridad -fronteras personales,
bordes a los que tanto se había acercado,
la colina helada sobre el valle, los soldados
asidos a sus laderas, costuras de nieve,
la España que él sostenía y que lo sostenía,
cediendo línea tras línea.
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