miércoles, 8 de junio de 2022

CARMEN SÁNCHEZ

 


 

Rapsodia española
Maurice Ravel (1875 – 1937)

Insistente Ravel, en su bolero, repite una y otra vez su melodía y
yo asciendo palabras, músicas de arena y viento.

 

Un cuello de cisne
se apoya intermitente
en tu regazo,
y vuelas mientras
canta mi voz
en tu cabeza y sigue
haciendo bucles
al llamarte.
Me asomo a tu ventana,
huyes precipitadamente.

Mujer bravía,
pies de garza,
corazón triste.

Una malagueña sale a tu encuentro.
Voces, ojos, piel de garza y alas
te envuelven el alma.
Inmóvil ajetreo se rebela
frente a ti,
inmóvil observas.

Mujer bravía,
pies de garza,
corazón triste.

Vuelves al mar con la brisa
de habaneras a tu encuentro
y aquellas gotas de bruma
perfuman tu alma.
Por fin taconeas en la playa,
saltas círculos de espuma
que adornan tu piel blanca.

Mujer bravía,
pies de garza,
corazón triste.

Luminosa escena
cortejas músicas de viento,
depositas las riendas de tus alas
a su lado y aún te escapas
acunada por cinco violines,
dos violas y un contrabajo.

Mujer bravía,
pies de garza,
corazón triste
vuelas y asciendes,
allende te refugias,
inaccesible,
en acantilados de plata y luna.

 

De: “Un roce al paso”

 

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