Padre
Dime
padre,
qué puerta o que ventana debo abrir para ir a tu encuentro,
dime, si debo llevar monedas para el barquero.
Dime
padre,
cómo te reconoceré al otro lado de la orilla
yo, tan pequeña y sin ti…
mis pasos eran nuevos,
mi mundo del color de los nardos,
mi risa, no conocía de lágrimas antes de tu despedida.
Cuéntame
Manuel,
si aún vienes en las noches
a verme detrás de los espejos,
a reconocer en una imagen a la niña que ocupa este cuerpo de mujer.
Dime
padre
un cuento antes del sueño eterno
así como cuando era niña y me hacías dormir,
atrás quiero dejar esos recuerdos,
la noche en que me arrebataste al mar
y me devolviste a la vida con tu último aliento.
Cuéntame
padre
si podré reconocerte,
o escuchar tu voz que me llama,
escoge una hora para nuestra cita,
donde la noche acabe y el alba nazca.
Dime
padre
si valió la pena
buscarte entre las sombras o detrás del armario
o intentar encontrar el brillo de tu mirada
en la fotografía que aún perdura en la casa de mi madre.
Manuel,
padre…
del calendario señala un día de febrero.
Febrero es el mes de mis ausencias,
cualquier día es bueno para morir,
prometo llegar a la hora exacta
y que me lleves de la mano a mi nueva morada.
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