domingo, 24 de julio de 2022

LISEL MUELLER

 

 

 

El final de la Ciencia Ficción

 


Esto no es fantasía, es nuestra vida.

Somos los personajes

que invadieron a la Luna,

que no pueden detener sus computadoras.

Somos los dioses que pueden deshacer

el mundo en siete días.

 

Ambas manos son detenidas al mediodía.

Comenzamos a vivir por siempre,

en cuerpos adelgazados, cuerpos de aluminio

con números escrito en nuestras espaldas.

Marcamos nuestras palabras como Muzak.

Nos escuchamos los unos a los otros a través del agua.

 

El género está muerto. Inventa algo nuevo.

Inventa a un hombre y una mujer

desnudos en un jardín,

inventa a un niño que salvará al mundo,

un hombre que carga a su padre

fuera de una ciudad en llamas.

Inventa una madeja de hilo

que guíe a un héroe a un lugar seguro,

inventa una isla donde él abandona

a la mujer que salvó su vida

sin algún remordimiento por su traición.

 

Invéntanos como éramos

antes de que nuestros cuerpos brillaran

y dejáramos de sangrar;

inventa a un pastor que mata a un gigante,

una chica que crece convirtiéndose en un árbol,

una mujer que se reúsa a volver

a darle la espalda a su pasado y es convertida en sal,

un joven que le roba su primogenitura a su hermano

y se vuelve la cabeza de una nación.

Inventa lágrimas reales, amor difícil,

palabras ancestrales, dichas con lentitud,

difíciles como los primeros pasos

de un niño atravesando la habitación.

 

Versión por David Ruano González

De: “The Need to Hold Still”

 

 

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