viernes, 29 de julio de 2022

TRUMBULL STICKNEY

 

 

 

[Y, al llegar el último día, el Hombre…]

 


Y, al llegar el último día, el Hombre estaba solo

durante el amanecer del mundo destrozado,

esperando cómo de cada cosa habría de surgir

el Retorno del Señor. Y, miren, no llegó

 

Nadie, -Pero sin diferenciarse de cada reino

de tierra y aire y agua, creciendo más

y más violento, agudo, pesado, un rugido

perturbó de entre la atmósfera amarillenta

 

Sus oídos; y mientras buscaba, aterrado

una bestia de formas innumerables,

el chillido creció entre todas las sombras, hasta

que era un quejido de pasto por la tierra.

 

De repente, en lo humano de la bestia

la angustia de ambos, pues el hombre irguió su lanza,

y, como no existía agua que beber, la sed,

se disparó vital y compresa. -Mientras caía él,
Debajo en el Este que bellamente surgía

vio a la última irisada serpiente marina

que, con la lanza traspuesta, aún era capaz

de empujar al sol hacia dentro del muerto mar.

 

Versión de Sergio Eduardo Cruz

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