Saratanes
En
las noches,
cuando los oigo
rondar como libélulas,
me digo:
¿Morirán alguna vez
los asquerosos decadentes?
¿O serán los testigos de todas las caídas?
¿O serán animales sin testículos
que presumen de dioses?
¿O
serán necesarios como cizaña y trigo?
Nota: Existen
tres versiones de este poema: Los cobardes, Saratanes y Ese ruido en los sesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario