sábado, 7 de mayo de 2022

JANE DURÁN

 

  

Renacuajos

 


Me tendí sobre mi estómago y atrapé renacuajos
con las manos abiertas para que así
pudieran escapar por todas partes.

La larga sombra del granero en lo alto
de la colina se precipitó
en cuatro patas hacia el agua.

El sol se quedó hasta tarde.
Cuando rocé la maleza
renacuajos moteados se aflojaron en el lodo

y nadaron en todas direcciones
aunque no podían ir muy lejos.
Esta noche habrá una lámpara encendida

en cada cuarto, el pelo de mi abuela
sujeto con un moño, mientras se mueve
de un cuarto a otro, arrastrando la luz con ella,

y corriendo nos dispersaremos
sobre la amplia tarima de roble con los pies descalzos.

 

 

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