viernes, 23 de septiembre de 2022

DAVID REFOYO

 

  

Los santos inocentes

 

 

Cogíamos el agua de las fuentes públicas

yo que nací en mil novecientos ochenta y tres

que lo tuve todo al alcance

la escarcha sobre los dedos y el mismo sudor de cada verano

con el que pagaba la matrícula

pero robábamos el agua de las fuentes

como los gitanos del extrarradio

y limpiábamos cristales

 

Esta calle hijo nos pertenece

veintitrés comercios veintitrés familias

veintitrés saludos impolutos desde primera hora

 

Buenos días señor Gobernador

no necesito escolta no aquí

donde me reconocen los obreros

                        buenos días

 

antes de las diez posábamos el cubo sobre los escaparates

ellos vendían zapatos y camisas que no podíamos comprar

que anhelábamos mientas pasábamos la gamuza

 

Madrugar tenía un sentido Dios no ayudaba

pero teníamos el refranero

 

La multitud dejaba sus riquezas

en los labios de los comerciantes

nosotros cargados con el cubo

en dirección opuesta

 

De: “El fondo del cubo”

 

 

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