Mientras
mi domicilio
se dirige hacia el próximo día
“El taburete”
José Manuel Poveda
Observo
como me envuelves
con el manto lleno de minúsculas estrellas y millares de puntos
del oro más legítimo, despidiendo fulgor amarillo
He quedado aturdido, sin entender esto que hacías
y viéndome sobre aquel taburete, obsequio de Poveda
no pude decir palabra alguna, a pesar de mucho desearlo.
¿Quién eres tú?, ¿Porqué lo haces?, ¿Dónde fui elegido?
Llegaste bien temprano al cerco de nuestro jardín, pediste amor
Yo te conduje hasta el ángel trabado entre las ramas del algarrobo
aspirando entonces tibios perfumes irradiándose desde tu
piel.
Pensé si atribuir tu visita a la esfera
huésped del cielo de casa, quizás inquieta ante algún presagio
pero adivino: vela para protegernos.
(De este modo puse en tus manos la sombrilla mágica de aquella señora
impenetrable anciana, la cual, ahora conozco
flotaba a veces en medio del humo de incienso).
Quisiera amiga, antes de marcharte
hoy al atardecer (comiendo manzanas del Jardín Prohibido
las cuales poseen todos los sabores existentes en los nueve universos)
prometas regresar un próximo otoño:
(Extraña viajera perenne, Dama de la corte del Tiempo)
Te juro guardar tus rosas dentro del corazón
pues no marchitan,
manteniendo sus efluvios durante varios años.
Escucharé tus canciones
Sal de hermosísimas
noches, inundando sentidos ávidos de placer
bajo esta luna cuando
trama sobre mi cuerpo
filigranas de plata y azul
(Éxtasis del espíritu
cautivo de tan bella música)
Alma de artistas
anónimos nacidos en Persia
o las islas del Pacífico
Magos sabiendo
inventar acordes ejecutados por el Invisible
Romanzas gozando
de la propiedad
de anular
angustias, procurarme descanso
Especie de sopor,
extinguiendo así la propia vejez
-de pronto la
fuente del cenit es una luz muy blanca-
Mientras mi
domicilio se dirige hacia el próximo día.
Septiembre 27 del 2002 al Agosto 11 del 2005
De: “Un
transeúnte cualquiera”
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