VIII
Este
sol amarillo de laureles
marca el ayer que hoy amanece vivo.
Es la luz en que larvan mis oñidos
la soledad donde mi tiempo muere.
Es
un cuchillo de ojo refulgente
o la corona en que me habré dormido.
Es un barco, una hoja, desasidos
del mar de sombra y de la rama ardiente.
Una
hoja de rápido veneno,
pura intuición, espanto de la altura,
llama imantada, frío pez del cielo.
Esta
amarilla luz es larva oscura
de la tiniebla antigua y la futura,
y lleva un sol herido de silencio.
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