sábado, 8 de octubre de 2022

HENRI MICHAUX

 

 

Puertas que dan al fuego

 

 

El agua ya no corre para mí
La vida ya no tiene días para mí
Vasallo del brazo partido, vivo insularmente

Mis puertas dan al fuego
La ropa desgarrada sobre mi carne, mi piel ya no me envuelve
Ya nada me envuelve
Batalla furiosa librada en el interior de mis fronteras

¡Cuán débiles las patas de las nevatillas!
Pero así les bastan

Como una herramienta caída de un carretón
he quedado en el camino

Mis aves ya no vuelan
Un solo hueso partido ha apresado mi vida

De mi cuerpo escucho relaciones que aúllan
El dolor de mi llaga hunde su escorpina

Hospital y momias del mañana
¡Oh! Cuán profundamente cercado todo

Noches sin fin
Lentamente, lentamente las agujas tornan la noche en alba

Tiempo inexorable que debo recorrer sin perder un minuto
¿Quién me concederá tan sólo uno?

Noches como un toldo sobre la plaga
Cuando el sufrimiento se refleja en sufrimientos
cuando el sufrimiento sobre mil espejos resuena y repercute
…y todos los grados que faltan por ascender

No más cielo
Han arrancado las cintas

Una quilla caída, todas las quillas oscilan

Sufrimiento nunca controlado
su loca fanfarria
su trompeta desgarradora sólo para mí
entre nosotros, cortinas corridas

Sufrimiento que a todos sobrevive, como un culto inepto
transmitido incomprendido
que a todos somete
Ascua

Ascua y abertura
¡Horrible esta ascua!
Allí estaba mi brazo, antes

Fuego. Fuego. Fuego. Fuego incesantemente fuego.

La lengua fría del cuchillo
vaga sola entre los labios del hombre solo

Abejas liban flores de hierro
Pájaros vuelan entre árboles de hierro

Perros muerden. Jaurías de perros
olas incesantes de perros

En pleno día, espero la salida del sol

En este país
y en los países que rodean a este país
y en los países del otro lado
y en los países que rodean a los países
del otro lado de este país
ahora
muchedumbre
por todos lados, muchedumbre

Enfermedad de los conjuntos
Este es el tiempo de las oleadas
Masa aumenta
Todos piensan que juntos piensan
Ciudades
Ciudades
Y más ciudades
Estratos. Estratos
Estratos sin fin
pero estratos para anivelar

Ruido
Ruido aumenta
devorando el silencio
de modo que nada quede
La sangre del silencio
corre sin cesar

Entre altos muros
se acarrean los deseos
El tiempo de permanecer en el mundo
de ser parricida
fraticida
Entre dos edades
se izan los colores
El curso ya no puede ser cambiado.
Viene de todos lados
la capa que a ningún lugar conduce

En la cabeza
una divinidad viuda
En todos los rincones del mundo
perros recorren las estepas de los lobos
para hacer de estos nuevos perros

Bajo el frente ya no pueden disiparse
las plantas luminosas
Un tic es el más pequeño de los prodigios
Hasta los leones en la sabana
han comprendido que ya no son los reyes

 

 

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