¡¿Quién
sabe dónde están?!
Las
habitaciones se vacían
vuelven
anónimas
desinfectadas
parece
que nadie
las
hubiera ocupado.
Solo
los rasguños en la pared
han
cuarteado el yeso,
un
calendario de fantasmas
marcó
los días que pasaron.
Junto
a las camas los barrotes,
la
sábana, el techo,
un
denominador común:
el
blanco.
Mis
amigos se han ido
amarraron
la locura en una rama,
la
cuerda es resistente
se
desgastará con las estaciones.
Yo
espero que llueva
en
el desierto que vivo
la
tierra está agrietada.
Llegarán
las lluvias de agosto
para
cubrir las grietas
haciendo
florecer
los
cactus
que
me hacen marchitar.
Versión
de Hiram Barrios
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