Primer
poema
Primer
poema: vértigo y enigma.
Mudar
la piel, luego ofrendar los huesos;
al
aire las escuálidas vergüenzas,
el
mimbre escaso y frágil donde el ego
tejió
su máscara de niebla.
Echar
al fuego todas tus soberbias
y al
fondo del arroyo sus cenizas,
desde
el cero absoluto de los pulsos
dar
un salto mortal a los infiernos
y
así, mil veces muerto y regresado,
saberse
torpe y huérfano de juicio.
De:
“Coraza de Barro”
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