Té negro ahumado
En
un periplo nómada,
vi en una choza cómo la mujer
mecía su muñón.
Con la otra mano preparaba
té negro ahumado. Quise preservar
la luz añil de los caravansares,
el espliego en baúles,
la palabra Saigón,
pronunciada con algo de nostalgia,
al bajar del navío.
En
el cuaderno de bitácora
hay espacios en blanco.
Al recordar diálogos antiguos,
interferencias de la carne al verbo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario