martes, 31 de octubre de 2023

RODRIGO ZÚÑIGA

 

 



Si la foto se quema es historia

 



Voy a decir esto ahora

y será la última vez que lo haga,

como prenderle fuego a una foto entre los dedos,

será la última vez que la vea

 

Porque una foto no es un recuerdo

ni mucho menos un pasado,

tan solo una historia

que se inventa instantáneamente

al rozar dos piedras al azar,

lo que suele recordarse es

un intento de un dibujo a escala,

tan inútil

como pegar un vaso de vidrio

que se cayó de las manos

 

Olvidar

es estar ciego, no por cuenta propia,

es estar ciego por aprendizaje,

por fraternidad;

los pasos del abandono no se pueden ver,

llegan y se van tan suavemente

que uno se restriega los ojos

y siente las cuencas vacías

 

Algunos lugares en los que estuve

han desaparecido conmigo,

quizás no me haya dado cuenta,

quizás me distrajo la vida,

como cuando alguien te saluda por tu nombre

y no sabés quién es,

así mismo una historia desconocida

reclama tu rostro y te negás tres veces

hasta sentir solo un dolor ajeno,

pero dolor al fin

 

Repito, los niños en la foto,

solos, a oscuras,

agarrados de la mano,

sentados en el sillón,

no somos nosotros

y, sin embargo,

 

esta impotencia

 

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