miércoles, 4 de diciembre de 2024

DANIEL ARELLA

 

 

 


 

El libro desaparecido de Mallarmé

 

A Víctor Manuel Pinto

 

Vivir la masacre sin saber por qué.

Los tres

 

 


Su boca se hunde con el placer de las grietas

y cosecha las oscuridades del mantra con la súplica y el silencio

No resisto los días las noches alumbrando y apagando lo vivo

Recuerdo el camino a fuerza de cielo/ a fuerza de infierno

Un poema para sonreír antes que la sombra      decapite

No encuentro pensar-siempre-vivo

Me voy con la espuma y la fuga en sílaba

Deseo amar el silencio de los otros en el fondo de la vasija

El juramento del árbol en mi cáliz

Sólo así resisto

Por ella me he vuelto invencible

Me empuja al coraje de la soledad inmaculada

La soledad que revienta los cráneos del sonido

(Me dicen que si insisto atravesaré la página)

Que un mar de ausencia detrás de la palabra levita en lo profundo

Mis ojos cierran las aguas de la luz

El olvido capaz de ausentar el color de los cielos

El trazo de la nada sobre el efluvio anterior

A la transparencia

Es verídico el ardor

y su invasión declarada

Bajo la máscara

La piel es levantada hacia sus manos

Dentro del sentido puede llover

Puede andar el vértigo de la libélula sin piedad hasta hacer de la altura

el costado del volcán

su abertura delgada

línea de la boca sangrienta

donde reventaron pasos de asesinatos

(Disecadas para entrar)

En las casas ocultas del padre

Que sí guardaron con creces

lo que buscaba allí en la               intemperie de la biblioteca

Pudo suicidarse cualquiera            bajo grande disminuyendo

Hasta el punto en donde tomé      el libro que estaba esperando por mí

a que se me hiciera igual a una Letra

pequeña para desaparecer por los recodos de los dedos

 

 

  

 

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