Después
de una operación del corazón,
mi padre me pidió
que
le hiciera un favor:
Aféitame.
No
había estado tan
cerca desde que era un
niño.
Temeroso
de hacerle daño
me distraje
con
recuerdos
de la infancia cuando
mi
padre
me recogía
después
del colegio y me preguntaba
qué había aprendido ese día:
cómo sumar 2 + 5
o cómo hacer la
letra f
o
alguna canción nueva
que cantábamos de camino a casa.
Pero
las canciones
y los recuerdos felices
desaparecieron antes del
final de la escuela primaria
cuando
mi padre se dio
cuenta de que odiaba el
fútbol,
no
podía atrapar una pelota de béisbol,
no podía golpear una pelota de tenis
a
través de la
red dos veces
seguidas.
Terminé
de afeitarle,
limpié los últimos
restos
de
crema de
afeitar de su cara.
De: “Otra Vía/Another Way”
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