Amor
de muchas horas
Porque
son demasiados los momentos
entre el conflicto y la necesidad
dices que nuestra vida juntos tiene
un secreto rencor.
Porque
la edad pasó
y ya no tanteamos en los bares
una serena paz en el placer
de no comprometerse.
Porque
llegar a casa sin paraguas
y aún menos sin trabajo,
herido por el día con la compra
y esta tristeza enorme
se hace sencillo y grato en esa calma
tan intensa, lo mismo
que una exhalación
si me esperas despierta,
pues son todas las noches una noche
casi todas las noches
y son más de dos años cuando duele.
Porque
no somos lo que fuimos siempre
y los días son horas
hoy vengo a hablar de amor
como si fuera la primera vez
y vengo despojado de mis armas
como un amante pobre.
Como
todos los pobres, yo quisiera llevarte
lejos de incómodos curiosos donde
el mar se obstine en dar forma la arena
bajo un sol infinito
y recorrer contigo las ciudades
que tiempo atrás tuvieron otros nombres
de cansancio y derrota.
Quiero
vivir contigo más allá
del oficio del lunes o la mansa
rutina del domingo, habitar
un país de fronteras limitadas
por la dicha común.
Pero
nunca podremos existir
en los escaparates
cercados por un mar de palabras privadas
y un reflejo de asfalto y nubes sucias.
Nos
irá bien, si nada tengo y nada
esperas tú de mí, según pasen los años
temperados de amor, como un final
de fiesta, liberados
de no sé qué otro amor pronto a olvidar
como un daño remoto.
Amor
en abundancia para el pobre,
amor de muchas horas, recordando
este pacto de afecto inagotable.
De: “La mala conciencia”
No hay comentarios:
Publicar un comentario