En busca del poema
El
hambre de palabras que no acierto
derrumba
y levanta mis días.
En
busca del verdor de un grito:
un
grito que partiera de lo roto,
y
justamente esa fuera su fuerza
para
romper el mundo, para recomponerlo.
Y no
siempre esta lluvia silenciosa
como
una realidad donde no cabe
una
respiración o un temblor de hojas.
Cuántos
verbos hundidos en su propia tinta,
como
si uno fuera demasiado ser para ser.
Solo
me pertenece este sufrir
un
cuerpo que se descompone
sin
revelar el órgano de su inquietud.
De
tan honda
-donde
el petróleo se pudre hasta lo inútil-
no
hay nada en el reverso de la lengua,
solo
un sentimiento de hondura.
Todos
los signos apuntan al imposible.
Así
en mi propia hambre me sostengo
como
el pez que en el aire se revuelve y rehace.
Que
me calle la misma verdad que persigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario