domingo, 27 de julio de 2025

JESÚS GÓMEZ MORÁN

 


 

Cada quien su vida



Reza la oración que Jesús enseñó a sus discípulos:
nadie sabe de qué lado mascan las iguanas,
pero qué tal las lagartijas:

A vista de pájaro, en procesión de sepelio,
una hilera de luces que en la noche
como murciélagos cuelgan.
A la salida del banco un experto en relaciones
públicas rehúye el encuentro franco
con su incómodo conocido.
En una cama de hostal, durante la siesta,
recede un hedor ácido producto
de una sesión de crápula.
Al borde del tianguis una penca de plátanos
bajo el sol se pudre lentamente
de la cáscara al hueso.
Sobre la estepa del altiplano los zopilotes
como agujas de reloj perforan
el crepúsculo espíreo.
A la hora cero de la mañana una mujer al tacto
intenta maquillarse mientras viaja
en un vehículo de redilas.
Fuera de su órbita, en goterones escurre la savia
por el concreto que machuca el tallo
monótono del chayote.

Frente a una primitiva y punzante zozobra
donde todo está por hacerse de nuevo,
hallarás un mundo que espera
le pongas el pie encima.
Así en la tierra como en el cielo,
cada quien su vida,
mi estimada lagartija.

 

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