Él miraba
Él
veía a la mujer que bajaba del monte
con
un cántaro de agua en la cabeza,
la
miraba con tal fascinación
que
se convirtió en ella.
Tenía
ese don,
convertirse
en un árbol o una piedra
o en
la vacuidad absoluta de un monte desierto.
También
podía entrar en un cuerpo sufrido,
anuente
a las ataduras. Luego se transmudó
a
ese hombre sentado ante la cama de hospital sin saber qué hacer.
Se
filtró en sus lágrimas arrepentidas que brotaban del corazón.
¿Quién
era?
Aunque
entre él y nosotros no existe barrera alguna,
estamos
separados de él por una distancia infinita.
Del ciclo VI. Milagro
Versión de Radina Dimitrova.
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