Parecen
máquinas
Las
vieron subordinadas al frío
que
el cielo no se llevó
Veo
a mi abuelo con todos sus difuntos
a
toda prisa en esas parábolas
Lo
veo corriendo hacia mí
con
asombro crudo tapándole la boca
pero
no la voz
pero
no lo marcial
y
juntos removemos el espacio del tiempo
y
solo quedan los autómatas
destrozando
los cimientos del mundo
porque
también les cayó el monte encima
y no
queremos saber de un Dios sin demonios
Mi
abuelo es un niño que llora
porque
no quiere que me muera
Sus
lágrimas también son paleadas hacia la calle
se
cuelan por todos los rincones del minuto
y se
hacen bolita en el regazo del conticinio
Veo
que ese tipo de casas guardan todo
Veo
a mi abuelo arrumbado en una esquina
No
tarda en llegar el ejército
por
nuestra tristeza
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