Los conquistadores
En
las albas doradas las lentas carabelas
empavesadas todas, zarpaban para el viaje
legendario y remoto, sobre el fluctuante oleaje
que el huracán encrespa, borrando las estelas.
Majestuosas
singlaban al tremor de sus velas
bajo el azul glorioso, con rumbo a la salvaje
región de los Ocasos, donde el triunfal coraje
de los conquistadores, calzaba sus espuelas.
De
noche en las cubiertas y sobre las amarras
absortos contemplaban los mares y los cielos
con la mirada inquieta y el corazón suspenso;
y
algunos trovadores, al son de las guitarras
cantaban los adioses de trémulos pañuelos
quizá por siempre ocultos tras el abismo inmenso.
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