El
gesto de la palma cóncava al cuidado del fuego:
una muralla de
arena por dispersarse.
Pacto de una mano que empuña el torbellino
tormento de
tornado que sigue palpitando.
Errante
palidez, el pabilo de una vela es la garganta
salada
abrigada de aspereza.
El gasto de la página: escritura convexa que carcome sus orillas.
Al
cuidado del centro
la avidez del fuego avanza
amorosamente lento.
Pacto pectoral de una grieta que pudo respirarse.
El árbol doble
cuajado de alvéolos
resuena su piel al aire.
Sangre soplada
volatizada
pulverizada
multiplicada estrepitosamente: la palabra es un puño reducido a cenizas
cuando atrapa en el aire
un sólo grano de polvo
iridiscente.
De: “Donde
no hubo sutura”
No hay comentarios:
Publicar un comentario