martes, 4 de noviembre de 2025

IRMA PINEDA

 

  

Tuvimos años de paz

 


La hermandad fue la ceiba que nos sostenía
Nuestro sueño descansó en el algodón de sus capullos
Luego llegaron las grandes máquinas
Derribaron guanacastes y ocotillos
Vimos la savia escurrir en sus troncos
Eran sus hilos de sangre
Eran sus lágrimas de dolor
porque el verdor de sus días llegó a su fin
No supimos
que también fueron nuestras lágrimas
que también nuestra sangre escurre ahora

 

De: “Rini Lisa” (Sangre de Familia)

 

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