Penélope
Penélope,
te habla un Ulises sin retorno;
ya de vuelta cada tarde
para verte tejer
olas en el mar del tiempo.
¡Ah, Penélope…!
Ya no hallo en tu mirada
la huella de la nave
que seguías,
cielo y viento,
más allá del horizonte
mojado por tu llanto.
¡Has extraviado todo…!
Nave,
isla,
arco y flecha…
¡Has extraviado el sol!
Oh, Penélope, al ensartar tus trenzas
con que tejes esos barcos que fabricas,
las velas no supiste orientar hacia mi sueño
y se perdieron en medio de la niebla prohibida.
En Ítaca,
tú muestra orgullosa tus sienes sin cabellos:
los telares;
mientras urdes en mi herida.
¡No sigas adelante con tu tela…!
Tú quieres un fantasma estrangulado por la arena
y despertar sobresaltada
al grito de que vives.
Yo quiero morir traspasado por tu aguja,
al grito de que muero con tu tela entre los ojos,
secándome las lágrimas.
De: “Un
sonido a hojalata”
No hay comentarios:
Publicar un comentario