Teoría
de infancia
Así
debiste verme: un enano, calzones lavados
con tirantes;
saludando el bahareque tierno
de la casa donde quedó la sombra
de aquel niño precoz;
nadando en charcos dejados por la lluvia.
¡Ah, locuras!
Al
pedigüeño del lugar
el tiro de gracia:
¡pum!
Así me encaramé a la vida: jugando
escondelero;
el
hoyo de la güimba;
ladrón librado.
Por eso, cuando me silencian,
quiero robar
el carretón de palo
para seguir soñando
a correr y a volar…
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