"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
Homero
Adivinando he dejado de ver.
Y ahora me despierto en el ojo de otro.
Hasta el dedo que me quita la lágrima encendida es suyo.
Se quema.
Y arde. Y tanto me duele
que canto.
Para no sentir.
Versión de Eva Davidova
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