Desde
Micenas
Breve
recado a Enrique Badosa
Crucé
el umbral
un
cúmulo de siglos recogió mi presencia.
La
memoria se agita huracanada
el
tiempo es un insomnio
puntual
para los crímenes
Para
el duelo
jamás
el olvido gana de la memoria
su
hazaña
de
mortales diademas adornada.
Viento
de corrosión, viento de presa
circula
desde entonces
por
lejanos confines.
Es
pequeña la tierra para tantas venganzas
todo
porque los dioses
se
soñaron mortales.
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