La
tarde y ella
Desnuda
como estás sobre la arena
pareces
una tarde desnudada,
en
tu cuerpo la brisa enamorada
se
ha quedado besándote, morena.
Con
su lápiz el sol sobre la arena
ha
dejado tu sombra dibujada
y
junto a ti —de celos desmayada—
se
ha quedado la tarde, mi morena.
En
la ruta del viento prolongada
y
en el canto de un pájaro enastada
está,
de amor, flotando su bandera.
Si
no te vistes pronto, retardada
ha
de llegar la tarde, demorada
porque
eres tú la tarde verdadera.
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