sábado, 11 de mayo de 2013

GUILLERMO SEPÚLVEDA





La tarde y ella



Desnuda como estás sobre la arena
pareces una tarde desnudada,
en tu cuerpo la brisa enamorada
se ha quedado besándote, morena.
Con su lápiz el sol sobre la arena
ha dejado tu sombra dibujada
y junto a ti —de celos desmayada—
se ha quedado la tarde, mi morena.
En la ruta del viento prolongada
y en el canto de un pájaro enastada
está, de amor, flotando su bandera.
Si no te vistes pronto, retardada
ha de llegar la tarde, demorada
porque eres tú la tarde verdadera.

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