martes, 6 de agosto de 2013

JORGE CUESTA





Al gozo en que la fruta se convierte



Al gozo en que la fruta se convierte
sobrevive la sed que lo desea.
Es avidez, no más, lo que se crea
del estéril consumo de su suerte. 

Cava en ella la tumba en que se vierte,
la vana forma que el amor rodea
y ella misma se nutre y se recrea,
voraz y sola, con su propia muerte. 

No del pasado azar que considera,
la vida crece sólo dilatada,
ni el objeto futuro la sustenta. 

Fluye de sí como si entonces fuera,
y el amor, que la mira despojada,
tampoco de su sueño la alimenta. 





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