Julio
En
julio un sicario cruzó nuestra aldea.
No miraba a los lados
creía que el horizonte era suyo
pero las montañas cambiaban de lugar
y se burlaban de su marcha.
No miraba a los lados
creía que el horizonte era suyo
pero las montañas cambiaban de lugar
y se burlaban de su marcha.
Atrás
dejó el mercado
las casas que no están emparentadas conmigo
y la gran cisterna de piedra.
las casas que no están emparentadas conmigo
y la gran cisterna de piedra.
De
su mochila tomó el fruto envenenado
y lo llevó a su boca con amargas mordidas.
y lo llevó a su boca con amargas mordidas.
Su
muerte no pasó desapercibida
para los perros del pueblo
aullaron
como cuando muere uno de ellos.
para los perros del pueblo
aullaron
como cuando muere uno de ellos.
De “Caravanas en riesgo”
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