Suicidas criminales diosas
Una muchacha de ojos grises
descubre a Monet entre mis dedos,
refiere comer su propia carne
las manos rotas
toda la piel
sus vísceras humeantes
deseos
y beber
sangre escarbada del fondo de sí misma
fluidos demenciales, excrecencias
líquidos profundos
fracturando historias de mujeres
suicidas
criminales
diosas.
Recorta papeles y florilegios diversos:
siluetas,
recorta
escribe
juega con todos los nombres de mujeres
me recuerdas a Monet, dice,
y de su propio cuerpo se alimenta enferma muere
claro,
coquetea desde sus ojos grises y vacíos.
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