After
the Mardi Grass
Las
grandes filas a cada lado de la calle
alzando
las manos para recibir los collares
que
lanzan exóticas damas desde las carrozas.
La
explosión de colores.
Luego
las bandas de música,
las bandas de guerra.
las
palillonas marchando a pasos graciosísimos.
Lindas, sonriendo...
Pero
todo ha terminado
y
sólo quedan grupos yéndose
o
dispersos esperando autobuses
o tranvías.
Sólo
latas vacías de cerveza,
botellas vacías de bourbón,
vasos de cartón aplastados,
bolsas de papel,
servilletas
en las cunetas
chivas,
cuentas de baratijas
y
un tiempo gris-sucio
espeso
lento como un blue
y
una depresión
y los oídos sonando a grillos
y
pies cansados
para preguntar
dónde
se toma el autobús que va a San Charles.
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