viernes, 2 de mayo de 2014

JORGE EDUARDO ARELLANO


 
 

Ceniza de un fuego

 
 

Sólo soy ceniza de un fuego que has apagado.

 

Nada puedo pensar si no lo deseas.

Nada puedo planear sin tu permiso.

Mi fuerza es la que tú me das.

Mis ideas son las que me has transmitido.

Hablo porque has abierto mi boca.

Nada conozco sino a través de ti:

Vientre de luz, manantial celeste, gracia plena.

Eres mi guardián sin reposo.

Tú me liberas de las Tinieblas.

Tú me eximes de la Impiedad.

Tú me salvas de la Ira.

Vientre, manantial, gracia, guardián.

 

Yo, tu hijo sumiso.

Yo, tu carne contigua.

Yo, la senda de tu alma.

Tu esclavo, tu esposo

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