El
abrazo
Aún
no se acaba, Señor, ni se acabará
mi
amor.
Aún
no sé, ¡oh Eros!, sólo presiento
el
calor.
El
cálido clamor del amor
que
nos pierde y encuentra
íngrimos
antes del abrazo total;
íntimos
soportando, sosteniendo, iluminando la noche
como
una llamarada en el lecho
que
llama y llama al amor
para
que aún y después no se acabe.
Seamos
pues fuertes como titanes;
ofrendamos
esta misa nupcial
porque
esto nos ha sido dado
para
que como solitarios romanos en el circo
mi
sombra te oculte de los leones
y
que tu voz que es ya mi voz diga lo mismo,
el
mismo canto mientras nos abraza,
nos
quema, nos purifica el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario