sábado, 3 de mayo de 2014

JORGE EDUARDO ARELLANO


 

 

O quam te memoren virgo

 



Esta tarde he vuelto a la muchacha de mis 16 y 17 años

aquí, en Granada de Nicaragua, cuando era niña

y catorce septiembre afilaban sus senos.

 

He vuelto a nuestro encuentro predestinado desde antaño

al día en que ambos nos cogimos de las manos en una fiesta de cumpleaños

donde la suavidad musical de su espigado cuerpecillo

penetró en mi alma que estaba ya a su servicio

porque nadie encerraba lo que ella encerraba:

aquella cadencia rítmica de sus caderas

aquellas mejillas que decoraban su sonrisa

aquel pelo que jugaba con el viento

y porque tenía para mí

la primavera de todos los siglos

volcada en su vientre.

 

He vuelto a sentarme con ella bajo los aleros de su casa

a platicar con su hermana a la orilla del tocadiscos

a escribirle unas cuantas cartas de amor

a conversar con sus padres para visitarla cuanto quisiera

para ir solos a misa. Al cine y al estadio

y desde ese día

su casa era mi casa

porque nos acurrucábamos en el nido de la noche

y teníamos las venas encendidas de amor

y necesitábamos mucho tiempo para apagar nuestro fuego.

Y en aquellos días no existía nadie más que mi niña

y nada me atraía como ella

ni las diversiones ni los libros

y cuando regresaba de su casa me decía a mí mismo:

“Si algo traigo para decir, dispensadme,

en el bello camino lo he olvidado.

Por un descuido me comí la espuma:

perdonadme, que vengo enamorado.”

Y estaba construyendo mi mundo con mis propias manos

y a veces ella sospechaba que debía construir su mundo

porque sabía que el mundo de todas las cosas

y todas las cosas del mundo

estaban en mis palabras;

entonces sembré mi hontanar bendito sobre su seno.

 

Pero de aquellos días no queda nada

porque ella llevaba a otro sitio la batalla

y todo me viene esta tarde

cuando recuerdo que llenó mis 16 y 17 años

aquí, en Granada de Nicaragua,

mientras huyo de su dominio

y el sol poco a poco deja de brillar para mí

mientras no me queda ya nada más de ella.

 

 

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