IV
Ya no
parece bien, a mis abriles,
pensar en el amor. Fuera locura
llorar, sentir, querer —¡ay!— con la pura
ilusión de los años juveniles.
pensar en el amor. Fuera locura
llorar, sentir, querer —¡ay!— con la pura
ilusión de los años juveniles.
No
sueño más en lunas ni pensiles
ni de un ósculo pido la dulzura
al fuego que en mies sienes se apresura
—con patriótico ardor— en los desfiles.
ni de un ósculo pido la dulzura
al fuego que en mies sienes se apresura
—con patriótico ardor— en los desfiles.
La
ley de la demanda y de la oferta
que me ha enseñado su sabiduría
lleva el fácil amor hasta mi puerta.
que me ha enseñado su sabiduría
lleva el fácil amor hasta mi puerta.
Y sin
embargo, a veces, todavía
sobre el crespón de mi esperanza muerta
vierte su llanto la melancolía.
sobre el crespón de mi esperanza muerta
vierte su llanto la melancolía.
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