9.
Adiós
Todo este día corrió
el tren por mi pensamiento.
Toda la noche su sirena
rayará mi desvelo.
Y no poder imaginar
el vértice hipotético
en que se une la vía, tan lejano.
Nunca, nunca podré beber el sueño
en la confluencia amarga de su grito
y mi sollozo, siempre paralelos
y persiguiéndose,
toda la noche, en mi desvelo.
Todo este día corrió
el tren por mi pensamiento.
Toda la noche su sirena
rayará mi desvelo.
Y no poder imaginar
el vértice hipotético
en que se une la vía, tan lejano.
Nunca, nunca podré beber el sueño
en la confluencia amarga de su grito
y mi sollozo, siempre paralelos
y persiguiéndose,
toda la noche, en mi desvelo.
De: Desvelo
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