sábado, 23 de enero de 2016

ALICIA SALINAS




Luz
Necesidad de encallar en el centro
de una quietud que sombra
ni filo tiene
pero aplasta y corta.
Falsa calma, callado trecho
por el que camino a ciegas
con mis ánforas rotas.

Jazmines se enredaban
en la puerta de hierro,
ahora jardín baldío.
Y sin embargo necesitaba
esta arena en que me ahogo,
el fondo del desfiladero,
tiempo
para tallar nuevos peldaños.
Luz
es el futuro
desde el pozo.

Dialéctica
Quien (des)hace, rompe,
abroquela
ese pasado, pisa
lo anterior y sin demora
avanza.
Para lo nuevo,
primero la negación.
No se puede desde la nada,
alguien o algo debe morir:
allí reside la tragedia.
Es preciso anunciar la tormenta,
no confundir más al auditorio
con líneas rectas cuando lo curvo
manda.
También yo demuelo y reconstruyo,
refunfuño sobre la máquina
milenaria. Rueca,
donde los demás cosen la tela,
recaudan hilos y destejen
sin descanso. Pero yo quiero
mi propio paño, mi propio
desatino. Igual que marabunta
o ave de rapiña come
y se atraganta.
Sin pedir perdón
tiro los dados,
afilo
la aguja y clavo
con fuerza su punta
como quien hinca un sueño
en el insomnio
o inicia por fin una búsqueda.


De: Diecinueve de Fondo


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