Dentro
de un cráter desierto
En
ese momento el frío,
el
hambre y el deseo,
el
sol y la sed
eran
un mismo dolor fundamental.
La
casa de la luna estaba repleta
de
piedras hechas del caer de las cascadas
y la
sombra de las paredes del volcán.
La
piedra hecha regazo
recibía
en su piel
todo
lo que en ella quería entrar.
El
lago era una sola franja de luz blanca,
de
arena plateada vibrando bajo la roca.
La
lluvia caía
en
esa precipitación de millas
mientras
la lava fraguaba su siesta en la ceniza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario