sábado, 23 de enero de 2016

VIOLETA OROZCO




Dentro de un cráter desierto



En ese momento el frío,
el hambre y el deseo,
el sol y la sed
eran un mismo dolor fundamental.
La casa de la luna estaba repleta
de piedras hechas del caer de las cascadas
y la sombra de las paredes del volcán.
La piedra hecha regazo
recibía en su piel
todo lo que en ella quería entrar.
El lago era una sola franja de luz blanca,
de arena plateada vibrando bajo la roca.
La lluvia caía
en esa precipitación de millas
mientras la lava fraguaba su siesta en la ceniza.




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