viernes, 15 de enero de 2016

DIANA DEL ÁNGEL




Nocturno



Oigo una gota, dos gotas, otra más:
al mismo tiempo todas,
se alborotan ignorantes del estruendo que producen.
Gordas, fugaces, cristalinas
notas de agua lanzadas
por un músico enloquecido
forman en el aire veloces hilos de plata
que estallan contra el suelo
en miríadas de estrellas de agua
donde la luz de los faroles se refleja y multiplica.
.
El aguacero es un muro,
líquido obstáculo entre los demás,
que poco a poco se entregan al descanso, y yo,
aterida contra esta pared, silenciosa.




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