lunes, 18 de enero de 2016

DIANA PATRICIA TORO ÁNGEL




Tango de pasos



El tac-tac-tac de sus tacones
siempre me obsesionó desde niña.

Recuerdo con amor,
como me sentaba a esperar esa música,
casi idílica, casi celestial de sus pasos.

No entendía su llegada
sin su taconeo constante
y mis oídos buscaban entre el ruido
a veces gris de la calle
el tango azul de sus zapatos.

Como el tacón sobre el pavimento,
muchas veces me imaginé
el perfecto tono de un tango,
y cuando entendí por primera vez alguno,
mi corazón latió desesperado
buscando entre montañas de sonidos
aquel baile de sus pasos.

No comprendo su llegada sin un tango,
y es que entre tantos caminos,
algo en mí se ha desquiciado
y he olvidado que los pasos son sólo pasos
y los tangos, sólo tangos.



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