lunes, 25 de enero de 2016

GLORIA SANDIRA CASTRO SALAZAR



  
Quizás algún día
Duerme, tierna y temblorosa,
dulce, como el agua de las flores en primavera,
cálida, como el resonar de su sonrisa,
querrá huir, pero no será hoy,
quizás, en aquella noche que aún se avecina,
muy lejana y nublosa,
a leguas, mil noches y sus días,
millones de estrellas velaran sus pasos,
pero hoy es mía,
mía, porque la tengo,
porque la emparedo a mis costados
que se abaten ante sus sollozos,
la cuidare tanto como la estocada
de mi vida me lo permita,
después, después será de ellos,
de los otros,
de aquellos que sin rostro rujen
en los caminos polvorientos
de una ciudad luminosa pero perturbada,
con manos caídas,
con lenguas cercenadas,
filosas garras rosadas y amenazantes,
estará bien, lo lleva en la sangre,
su mirada lo delata,
es y será lo que fui,
pero no hoy,
ni mañana,
quizás,
quizás algún día.


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