miércoles, 27 de enero de 2016

OMAR SANTOS



  
V



Desgasta que tú seas
el libro necesario
del poeta imberbe;
la literatura
de toda agresión;
la esquina de este caos
donde no hay página saludable;
el obsceno milagro de toda desnudez.
Derrumba que tú seas
el garfio nocturno,
la incapacidad por los signos,
el pretexto insultante
y la cicatriz que escandaliza.
La ley para darle escondite
al gato de los males inconfesables.
Desgasta, enemiga suave, escorpiona mía,
tu hachazo, tus faltas, amarga Calipso,
que tú seas la promesa de los idiotas,
la gravedad del juego
que alimenta estos círculos del desasosiego.


De: Las criaturas de la negación



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