viernes, 29 de enero de 2016

VIOLETA OROZCO

  


Ventana abierta



La ronda de la lenta onda
destila su amielada salvia
el viento del otoño tibio
busca su templo en la ronca magia
y el bajo de la sombra se maquilla
para parecer profundo a pesar de su furia.
La noche se estira entera
para parecer más larga
para ser suave marea
el tiempo recrea la danza
de la primavera.
En la ciudad abierta
florecen las luces del alba
a la angustia y a la espera
a la muerte y al deseo
a las flores de cemento
a la altura, el aislamiento
de las noches sin voz ni cimiento
a los vacuos departamentos
esperando un habitante, un momento
de constancia en los patios desiertos
de relleno en los cuencos sin lluvia
o de luna en los charcos repletos.




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